La historia de la Capilla de la Sábana Santa en pocas palabras
Desde 1515, Turín estaba ocupada por los ejércitos franceses. Ante la necesidad de reafirmar la identidad política de la dinastía Saboya, el duque Carlos Manuel I de Saboya encargó la capilla en 1610 para conservar la santa reliquia del Sudario de Turín, que había pertenecido a la familia durante siglos, con la esperanza de que reavivara en la región la percepción del gobierno y la autoridad divinos de la dinastía. Las obras de la capilla cesaron en 1624, cuando se pusieron sus cimientos, en la época en que la pobreza rampante y la peste asestaron un duro golpe a la moral pública. Fue resucitada por Carlos Manuel II en 1657. La capilla tardó cerca de 80 años en completarse, con varias intervenciones de diversos arquitectos, entre ellos Guarino Guarini, que trabajó en su etérea cúpula. En 1694 se colocó finalmente allí la Sábana Santa. La Capilla se cerró tras un gran incendio en 1997 que destruyó gran parte de la capilla. Tras 30 años de restauración, la Capilla se reabrió en 2018.